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Opinión

¿Dicotomía internacional? El caso de EE.UU. y China

¿Cómo logran los países manejarse tan bien siendo tan distintos?

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La forma en la que los países llevan a cabo su gestión política puede resultar determinante a nivel estructural en los mismos, y muchas veces reflejan factores históricos, sociales y culturales que en todo tipo de sociedad salen a relucir tarde o temprano. Dicho esto, no es sorpresa para nadie que potencias mundiales como Estados Unidos y China, siendo grandes centros hegemónicos de los cuales muchos países periféricos resultan dependientes, compartan algunas similitudes pese a sus numerosas diferencias, pero ¿Cómo logran los países manejarse tan bien siendo tan distintos?

El águila y el dragón

Primariamente, es necesario sentar algunas de las bases históricas que han llevado a estos dos actores a la coyuntura actual y es que, por un lado, Estados Unidos es un país cuyo desarrollo se ha visto fuertemente compuesto por diferentes eventos determinantes como su lucha por la independencia, la Guerra Civil, la Gran Depresión, y conflictos internacionales como la Segunda Guerra Mundial que han transformado y moldeado su identidad a un nivel elemental y que por tanto repercute en la arena internacional.

Por el otro, es necesario reconocer que China deviene de una historia más profunda, la cual data desde el año 6500 a.C, y que paulatinamente atravesó diversas transformaciones presentadas en las diferentes dinastías que respondían a los intereses de sus gobernantes mejor representados en su etapa imperialista, la cual dada desde una postura fuerte, autoritaria y dominante proyecta seguridad y rigidez.

No fue sino hasta inicios del siglo XX cuando se da la Revolución de Xinhai que desembocaría en que se fundara la República de China, que claro vendría acompañada de tensiones internas en medio de los conflictos internacionales de la época como las guerras sino japonesas y la Segunda Guerra Mundial, seguido de la Segunda Guerra Civil China que devendría la fundación de la República Popular China y la República de China en la isla de Taiwán.

La actualidad

Dicho esto, Estados Unidos maneja en la actualidad un sistema presidencialista republicano que cuenta con separación y rotación de poderes como una de las bases de la nación, mientras que China por su parte maneja un sistema unipartidista que por medio del autoritarismo se ha concretado como un país cuyos poderes yacen centralizados de la mano con sus libertades. Dos estructuras que por supuesto difieren e incluso se ven contrapuestas en la arena internacional.

EE.UU. estructura su Gobierno por medio de la separación de poderes que desemboca en la parte ejecutiva, legislativa y judicial por medio de la Constitución, avalado por la Décima enmienda que establece que todos los poderes no otorgados al Gobierno Federal son reservados a los estados (los cuales replican el modelo federal) y al pueblo. Por tanto, el Gobierno Federal funge como ente garante de la unidad política y económica de EE.UU. con una postura contraria a aquellos sistemas unitarios o centralizados.

Como fue mencionado anteriormente, estas últimas son características representativas de la República Popular China, la cual de manera autocrática formula un Gobierno unipartidista que busca la ejecución dogmática en niveles tanto internos como externos, por lo cual China ha sido capaz de abrirse camino en el mercado internacional por medio de acuerdos comerciales respaldados por la disciplina y fortaleza que le ha caracterizado históricamente, pero claro, viene de la mano de pugnas con países que manejan ideales incompatibles.

Por tanto, aunque ambos países difieren en esencia, está más que claro que son los valores e intereses de los mismos los que realmente determinan su postura y desenvolvimiento en la arena internacional, por lo cual siempre existirán conflictos y cuestionamientos mutuos y sin embargo, esto no demerita en lo absoluto el éxito que ambos sistemas han demostrado y que los convierten hoy por hoy en dos de los gigantes mundiales de los cuales muchos países dependen.