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Crisis en Haití: Líder de pandillas exige renuncia del primer ministro en medio de creciente caos
Líderes de pandillas que controlan una parte significativa del país exigen la renuncia del primer ministro Ariel Henry. Entre ellos se destaca Jimmy Chérizier, conocido como “Barbecue”, líder de la G-9 y Familia (G-9 an fanmi), una de las pandillas más poderosas involucradas en la agitación actual.
La situación se volvió aún más crítica tras el asalto a la principal cárcel del país el pasado sábado, donde hombres armados liberaron a más de 3.700 presos, resultando en 12 muertes y decenas de heridos. Este incidente es un síntoma evidente de la profunda crisis que afecta a Haití desde 2020, exacerbada por la lucha de pandillas por el control territorial, dejando un rastro de miles de muertos y una inestabilidad social en aumento.
Desde la muerte del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021, la crisis institucional persiste, y el primer ministro Ariel Henry ha enfrentado críticas, especialmente por no convocar las elecciones prometidas. Chérizier y otras pandillas, que controlan aproximadamente el 80% del territorio de Puerto Príncipe, han utilizado el reciente asalto a la prisión como una plataforma para exigir la renuncia de Henry.
Chérizier, un ex policía convertido en líder criminal, ha sido identificado por Estados Unidos y el Consejo de Seguridad de la ONU como responsable de graves violaciones a los derechos humanos en Haití, lo que ha llevado a sanciones internacionales en su contra. A través de las redes sociales, Chérizier ha instado a la Policía Nacional de Haití y al ejército a arrestar a Henry, alegando que la población no es su enemigo, sino que la responsabilidad recae en el gobierno.
Este líder criminal, apodado “Barbecue”, ha utilizado las redes sociales como una herramienta clave para expandir su mensaje y reclutar seguidores para su organización armada. Su historia se remonta a su carrera como policía, donde estuvo implicado en la muerte de nueve civiles en 2017, y desde entonces ha liderado la G-9 y Familia, contribuyendo significativamente al caos y la violencia en el país.
Chérizier ha sido acusado de graves atrocidades, incluida su presunta participación en la matanza de La Saline en 2018, donde al menos 71 personas perdieron la vida. A pesar de las sanciones y las acusaciones, ha mantenido su influencia y poder, promoviendo una revolución contra la élite política considerada “corrupta”. Las redes sociales han sido una plataforma crucial para Chérizier, donde ha difundido órdenes y amenazas, además de utilizarlas para atraer apoyo y difundir imágenes de violencia.
Con reportería de Vanessa Buschschlüter.
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